martes, 21 de junio de 2011

¡QUÉ VERDE ERA MI VALLE!



Técnica, artística y conceptualmente perfecta.

Posiblemente la quintaesencia del cine clásico y el film más perfecto de un genio irrepetible, forma junto a "Las uvas de la ira" un binomio "social" jamás igualado, ni siquiera acercado a su majestuosidad formal y narrativa, amén de poseer una delicadeza y unas interpretaciones maravillosas.



Esta obra capital del arte en todas sus vertientes, debería ser piedra angular de todo bicho viviente de dos patas que se precie de serlo. Debería asimismo ser asignatura obligada en las escuelas de todo el mundo. Y debería, por qué no, ser emitida todos los días del año en "prime time" para que absolutamente todo el mundo la pudiera visionar, y lo que sería más importante, pudiera conocer lo que son todos esos, ya olvidados y obsoletos, valores que se expresan en 120 minutos de puro cine.



Si la has visto y no te pone los pelos de punta y las lágrimas no recorren tus ojos, es que eres "algo" totalmente ajeno al cine e insensible a las imágenes, por lo que después de leer esto lo mejor que puedes hacer es dar a la "X" de ahí arriba a la derecha y no volver jamás a entrar aquí, porque me daría asco saber que un ser tan lejano a mí, pudiera leer o escuchar cualquiera de mis majaderías aquí expresadas.

Recomendable, por supuesto siempre, pero esta vez más que nunca, disfrutarla en versión original.

10/10

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