jueves, 21 de marzo de 2019

Aquellas pequeñas y bailables miserias

Una de mis grandes gusanadas siempre será ese "Donquijote" de la serie de dibujos aquella de cuando éramos pequeñajos (luego igualmente mi(ss)tificada en la legendaria tardevieja), y me ha dado por youtubearla de muy malas maneras:



Pero no estamos aquí por ella, sino por otra perlita:



Impresionante el "Momento Kraftwerk" que se marca el del incipiente mostachillo. Me ha dejado asombrado sobremanera. Ojito que no es nada sencillo hacer el roboter acompañándolo de ese gesto y ese peinado repollero. 
Realmente eran dos chavalotes muy, pero que muy catetazos. Ahora, el complicado look que me llevan me recuerda bastante a lo que vestía mi amigo G (les falta el megarreloj gigante y algo de naranja -quizás algún día llegues a ver esa foto-).

Y ya que me he acelerado y agusanado, allá va otra que suelo canturrear cuando mi cerebro se autoengaña:



De este clip extraigo varias conclusiones:
La niña que canta la canción tiene muchísimo ritmo la condenada. La baila que te cagas.
El de gafas es sencillamente ostiable. Y mucho.
Y la humillación sufrida por esos actores de peso... Lo de Jacinto es lamentable. ¿Y Andrés Mejuto? Pero lo más dañino es lo del marqués Don Luis Escobar, todo un director y propietario de grandes teatros y gran personalidad española del siglo XX... aquí vilipendiado por cuatro mocosos de mierda...
Y, ojo, que no estamos hablando de una producción basurera, no. Pepe Frade soltó la cartera para Mercero y Regaliz. Aquí, por ejemplo, trabajó gente como Enrique Molinero, un sonidista mítico del cine español, o Manuel Rojas, operador durante años de las pelis de Garci (un elegido que se codeaba con él...).

Otro gran clásico de mi subconsciente trastornado es:



Aquí la cosa se agranda si cabe. Amparo Soler Leal, Agustín González, ¡Otra vez Luis Escobar! Tremendo. Y en las labores técnicas, nada menos que Hans Burman... Gil Parrondo... Yvonne Blake..... al servicio de un gay rebotero y de una niña repelente a más no poder.

El terror infligido por este extraño dúo había comenzado años antes, y concretamente en el año 1978 vio la luz esta actuación inexplicable, fruto de alguna mente enferma:



Impresionantes las caras de espanto de los niños. No me extraña que esta generación saliera tan incendiada cuando lo que veían en la tele eran cosas tan subversivas.


Resulta paradigmático que estas mierdas me gusaneen en mi otoño, cuando lo lógico es que lo hubieran hecho en mi primavera... Nada, en aquella coyuntura yo pasaba absolutamente de todo esto. Prácticamente lo conocía de oídas, no de escucharlo en el literal sentido de la palabra.
Y menos mal, porque fíjate en esto:



Simplemente inenarrable. Podría decir algo de estos dos mamelucos... O de la ínclita Loles León... Pero, ¿para qué?

O esa sopa de amor (cierto, terminología asquerosa, sí) con ese toquecito cucón y los "Hombres G" en modo mercenario haciendo el paripé:



Joder, ha sido poner esto y acordarme de una bazofia cojonuda:



Si, ya sé que no viene a cuento, pero qué puto asco de canción sucia y guarra para borrachos puteros y pelandruscas baratas y sudadas (básicamente todo bicho viviente que sale en el vídeo). Muy de Telecinco años 90. Ahora, aún así está muy lejos de la auténtica número uno de canción sucia (otro día te la pongo).

Puffff, lo dejo aquí y ahora... preguntándome cómo coño voy a hacer para continuar con mi vida, sin Dios y sin amor, aunque con quijotadas y discochinos....................

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enrique Molinero ha sido el número 1.