CARLOS PUMARES

"Muy buenas noches y bienvenidos a todos a Polvo de Estrellas en Antena3".

Tendría yo aproximadamente diez años cuando, compartiendo habitación con mi hermano, el cuál lo escuchaba, empecé a oír hablar del gran Pumares y su "Polvo de estrellas" en Antena3 radio.

Tuvo que pasar un tiempo hasta que me enganché al programa. No sé que año sería, pero seguro que fue en verano, cuando ya estaba de vacaciones y pòdía escuchar la radio a esas horas (era, ya ves, de 1:30 a 4h, ó 4:30, no recuerdo bien). Me encantaba escuchar a ese hombre hablar de cine, y sus monográficos eran delicia pura. Fue alguien fundamental para que creciera en mí el amor a las imágenes. Además coincidieron varios aspectos más: mi familia siempre ha sido muy, pero que muy cinéfila y encima, en esa época, TVE programaba mogollón de cine clásico, cine de calidad por los cuatro costados. Es curioso, a la par que desolador, que ahora, que existen seis o siete canales en abierto no pongan casi ningún título de interés (debe de salirles más barato cualquier otra cosa que comprar cine).

Lo que te iba diciendo; todavía conservo cintas con grabaciones de sus programas como el especial que hizo en el 93 sobre mi película favorita, "King-Kong", coincidiendo con el 60 aniversario. O ese de "Lo que el viento se llevó", sublime. Y otros sobre bandas sonoras...

Los Viernes eran días especiales porque mi hermano entró en unos cuantos programas para hablar con él (yo nunca me atreví). Aún me estremezco cuando recuerdo aquella pregunta que le hizo a petición mía, -"¿Qué opinas de Ray Harryhausen?"-, y le contestó con un efusivo -"¡Ray Harryhausen ha sido el más grande que ha habido!"-, que me marcó hasta el día de hoy. Fue impresionante escuchar de su boca esa opinión sobre mi ídolo TOTAL en el mundo del cine. Inolvidable.

Después llegaría el ocaso. "Prisa", propietaria de la SER, compraría a su competidora Antena3 y los pesos pesados saldrían escopetados, empezando por José María García, del que, con toda la razón, diría Pumares que era su "trampolín de audiencia". El desastre total para la emisora... y el declive para Carlos, que aguantaría un tiempo más, aunque ya no sería lo mismo. Terminó desquiciado hablando de cocina y, de lo que es peor, de salud y dietas naturales, con un doctor y todo, no creas. Incluso, y ya en el borde de la locura, contó de colaboradora con una bruja. Sin comentarios.

Evidentemente el programa se acabaría y comenzaría la época "friki". "Moros y Cristianos" lo tendría de tertuliano cuando lo presentaba Sardá, que lo repescaría, tras un breve intento por reflotar "Polvo de estrellas" (que fue un estrepitoso desastre), para "Crónicas marcianas", donde, dejando de lado que el tío tenía su gracia cuando se hacía el enfadado (memorable monólogo sobre las camisas), daba pena (a mí me la daba) verlo ridiculizado por los demás que estaban en la mesa, sobretodo por esa subnormal profunda que es (o era, porque está justamente olvidadísima) Rocío Madrid. Muy lamentable (de su participación en la peli de Cárdenas, ni me molesto en hablar). Menos mal que, por lo menos, Garci lo llevó alguna vez a "¡Qué grande es el cine!" a hacer lo que sabe (aunque creo recordar que alguna vez dijo que los invitados que iban a ese programa no tenían ni idea de cine, y que se leían cuatro librillos antes del coloquio...) En fin, Pumares, genio y figura.

Para terminar, y esperando su retorno, te cuento una anecdotilla: Fuimos mi hermano y yo a una especie de tertulia, con preguntas incluídas con motivo de una Seminci (a la que adora, cosa que nos desune) y después, ya en la calle, cuando nos íbamos a casa, nos llaman por detrás para saludarnos... ¡Sorpresa!, es Pumares que nos dice un simpático y amable -"¡Hasta luego!"- al meterse en un taxi. Ya ves...

Ojalá vuelva a escuchar algún día ese mítico: "-Sí Buenas noches dígame-"