lunes, 26 de enero de 2015

Danny Elfman en concierto

Lleva bastantes años, demasiados, sin hacer nada al menos digno de mi interés, por no decir, cosa que me duele en el alma, acabado... Tanto o más que su fraternal Tim Burton.

Pero hubo un tiempo ya lejano en que este pelirrojo escribió unas partituras absolutamente grandiosas, a la altura de los grandes de esto tan maravilloso como son las bandas sonoras de cine.

Una de ellas, una en especial, iluminó mi adolescencia. Forma parte de mi ser. Eran otros tiempos, bellos y oscuros, en los que, en ocasiones, resultaba ciertamente dificultoso hallar algo tan sencillo dicho a día de hoy como un compact disc con la música de una película actual.

Echando la vista atrás y desbordando mis barreños de nostalgia pienso que resultaba algo tan ilusionante, tan hermoso, que la simple presencia física en tus manos de aquella obra, tan largamente, en este caso laaaaaaargamente deseada en el tiempo, proporcionábame momentos irrepetibles de efímera felicidad por el hallazgo. Algo que jamás volverá.

*
Danny dio en fechas recientes un puñado de conciertos con aquellas músicas celestiales que le hicieron entrar en la categoría de los elegidos de su tiempo.
A la espera, quizás, laaaaarga espera de una edición en condiciones tendremos que conformarnos con lo que pulula por ese mágico portal llamado "Youtube", donde se dan cabida tantas cosas que de otra forma estarían en el más miserable olvido.









Simplemente delicioso.

Si laaaaarga es quizás la espera de una grabación profesional (donde no existan esos gritos sobrehumanos cual teenmadfan), laaaaaaaaaaaaaaarga será la de una visita en persona por estos lares.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

...claro ejemplo de como un director hace al músico y de cómo un músico hace al director

Sunwell Crag dijo...

Efectivamente, querido amigo.